Noviembre es un mes fantástico para pararse a pensar en el jardín del que queremos disfrutar el próximo año. Es el momento de planificar, de plantar bulbos de otoño y de cuidar lo que permanece vivo durante el frío. Y es que aunque muchas plantas entran en reposo, el trabajo en el jardín no se detiene del todo, tan solo cambia de ritmo.
Durante este mes, las temperaturas bajan, los días se acortan y las lluvias son más frecuentes. Pero si sabemos aprovecharlo, noviembre puede ser una oportunidad para preparar el terreno, fortalecer las raíces y sentar las bases de un jardín espléndido en primavera.
Planificación y preparación del jardín: la base de un año exitoso
Antes de coger la azada o las tijeras, noviembre nos invita a observar, reflexionar y planificar. Es el momento de evaluar qué ha funcionado este año y qué podríamos mejorar para la próxima temporada. Toca recorrer el jardín con calma, fijándonos en las zonas donde las plantas han crecido mal, el césped se ha clareado o el drenaje no funciona; si el suelo se ha compactado demasiado, podemos airearlo o incorporar compost y humus de lombriz para devolverle vida.
Planificar el jardín ahora tiene una gran ventaja: con menos presión por las floraciones o el riego, podemos pensar en el diseño general, pensando en detalles como qué zonas queremos que resulten más coloridas, dónde plantaremos flores para corte, dónde colocar plantas aromáticas o cómo combinar floración y huerto.
En Cultivers siempre recomendamos aprovechar estos meses fríos para enriquecer el suelo con materia orgánica. La tierra trabaja incluso en invierno, y cuanto mejor la cuidemos ahora, más vigor mostrarán nuestras plantas en primavera.
Plantaciones y trasplantes: bulbos, arbustos y árboles de raíz desnuda
Noviembre es uno de los mejores meses del año para plantar. El suelo aún mantiene calor, pero la superficie está fresca y húmeda: las condiciones perfectas para que las raíces se desarrollen sin estrés.
Es el momento de plantar los bulbos que florecerán en primavera —tulipanes, narcisos, jacintos o anémonas— y también de trasplantar rosales, arbustos ornamentales o frutales de raíz desnuda.
Los trasplantes en esta época tienen dos grandes ventajas: las raíces crecen más fácilmente y hay menos pérdida de agua por evaporación. Si el terreno está bien drenado, es la época ideal para reubicar o multiplicar especies.
En el caso de los rosales, merece la pena dedicarles una atención especial. En Cultivers recomendamos utilizar abonos específicos para rosales durante la plantación o al pie de los ejemplares establecidos. Este tipo de fertilizante aporta fósforo y potasio, elementos clave para fortalecer las raíces y estimular la futura floración primaveral.
Un pequeño truco: al plantar bulbos o rosales, aplica una capa fina de acolchado (hojas secas, corteza o paja). Ayudará a mantener la humedad y proteger las raíces del frío nocturno.
Mantenimiento general: limpieza, compost y protección
El trabajo de limpieza es esencial en noviembre. A medida que caen las hojas, es conveniente retirarlas de zonas pavimentadas o césped, pero podemos aprovecharlas para elaborar compost o acolchar los arriates.
Este es también el momento perfecto para revisar herramientas, reparar tutores y limpiar canaletas o macetas. Las tareas de mantenimiento evitan problemas mayores cuando llegue el invierno fuerte.
Una práctica muy recomendable es acolchar el suelo alrededor de las plantas más sensibles. El acolchado regula la temperatura, retiene humedad y protege las raíces de las heladas tempranas.
Y si queremos cuidar nuestras plantas sin recurrir a químicos, te recomendamos sin duda utilizar el purín de ortigas , que actúa como fungicida natural y es un gran aliado de nuestras plantas. En Cultivers lo utilizamos tanto en ornamentales como en frutales, ya que fortalece el sistema inmunológico de las plantas y previene la aparición de hongos típicos del otoño, como el oídio o la botritis.
Cuidado del césped en noviembre: menos riego, más aireación
Aunque el crecimiento del césped se ralentiza, no conviene descuidarlo. Noviembre es el momento de realizar la última siega del año, dejando la hierba algo más alta (unos 5-6 cm) para proteger las raíces del frío.
También podemos airear el terreno con un escarificador o una horca si notamos que está compacto. Esto facilita la entrada de oxígeno y mejora la absorción del agua. Si aparecen zonas dañadas, se pueden resembrar de forma ligera antes de que el frío se asiente.
En cuanto al riego, es hora de reducir frecuencia y cantidad. Basta con mantener la humedad justa para evitar el estrés hídrico. Si hay lluvias regulares, incluso podemos desconectar temporalmente el sistema automático.
Plantas de interior y terraza: cuidados durante el frío
El cambio de estación también afecta a nuestras plantas de interior y a las que viven en maceta. Las horas de luz natural se reducen, tenemos la calefacción encendida por lo que los ambientes se resecan, y ambas cosas producen cambios en el ambiente que puede pasar factura a nuestras plantas.
Es por ello que lo recomendable es reducir el riego y evitar especialmente mojar las hojas. Lo ideal es mantener la humedad ambiental colocando recipientes con agua cerca de los radiadores, especialmente en las zonas donde el clima es seco.
Además es un muy buen momento para revisar las plantas en busca de plagas (cochinillas, pulgones, araña roja) y aplicar tratamientos suaves si es necesario.
Respecto a las macetas exteriores, conviene agruparlas junto a una pared soleada y, si es posible, elevarlas del suelo con tacos de madera o bases de plástico. Así, además de facilitar el drenaje del exceso de agua que reciban por la lluvia, evitamos que las raíces se congelen por contacto directo con superficies frías. En momentos de grandes heladas o nevadas, es importante ser consciente de qué plantas pueden tolerarlo y cuáles no, y cubrir con mantas protectoras a estas últimas.
Preparar el jardín para resistir el invierno y florecer en primavera
Noviembre es un mes de transición: las tareas que hagamos ahora marcarán la diferencia en los próximos meses.
Además de las labores de limpieza y plantación, conviene revisar estructuras de riego, tutores o invernaderos. También es un buen momento para corregir errores del año anterior: plantas mal ubicadas, exceso de sombra o falta de nutrientes.
Hay que evitar las podas drásticas, ya que las heladas pueden dañar los cortes recientes. En su lugar, eliminemos solo ramas secas o enfermas.
En regiones con inviernos severos, la clave está en proteger más y regar menos. Cada tarea que hagamos ahora será una inversión en un jardín más fuerte y equilibrado cuando llegue la primavera.
Noviembre, el mes en que el jardín se reinventa
A primera vista, noviembre puede parecer un mes tranquilo, pero en realidad es uno de los más importantes del calendario del jardinero. Es el mes en el que se siembran las flores del futuro, se cuidan las raíces y se protege la vida que duerme bajo el suelo.
Todo lo que hagamos ahora —planificar, plantar, limpiar, proteger— será el fundamento de un jardín más sano, equilibrado y sostenible. En jardinería, el éxito siempre empieza meses antes de que florezca la primera planta.
Consejos Cultivers
1. Enriquece el suelo ahora. Los meses fríos son ideales para aportar materia orgánica. Una tierra activa durante el invierno facilita un arranque más vigoroso en primavera.
2. Cuida tus rosales. Durante la plantación o reposo, aplica abonos específicos para rosales. Aportan los nutrientes exactos para brotar con fuerza y florar de manera más duradera.
3. Prevén enfermedades. Refuerza tus plantas con purín de ortiga: un fungicida natural que estimula las defensas vegetales y reduce la necesidad de tratamientos químicos.
4. Protege, no abandones. El jardín de noviembre no está dormido, solo descansa. Cuídalo con suavidad y él te recompensará con una primavera más viva que nunca.


